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Distinto

La ventaja de Incentivar

La ventaja de Incentivar

El incentivo es el combustible que hace que el fuego nunca se apague. Las empresas  pretenden llegar lejos despidiendo personal,  incrementando el nivel de los precios de sus productos, y  además reduciendo gastos, mediante congelación de  salarios. Así lo que consiguen es incrementar  el nivel de pobreza. Si la vida sube en desproporción a los salarios, y estos suben menos que los productos de venta,  la pobreza ira en aumento día a día,   es ir haciendo el agujero cada vez más profundo, y cuanto más profundo sea, tanto mas tiempo y trabajo  va a  costar taparlo.

Las pérdidas serán tanto mayores, como profundo sea, y  tanto para el empresario como para el empleado. Si las empresas despiden y no cuentan con sus empleados, que son a la vez sus clientes, que  invierten en sus propios negocios y en sus productos, a medida que  los van  poniendo en la calle, sus niveles de producción más se acercarán a su ruina.

Henry Ford tenía otra  método  completamente distinto a este, y esta táctica se basaba en incentivar, y pagar por encima de lo que las demás empresas pagaban, y  no despedir a  su propia gente, si no al revés iba cogiendo cada vez más gente y contaba con ellos, y por ende ellos contaban con él.  Además contaba con el cliente y lo que fabricaba lo fabricaba a conciencia de manera que fuera sencillo y facil de adquirir y manejar para todo el mundo, y que las piezas de recambio no costasen un riñon, y fueran fácil de adquirir y se pudieran encontrar en cualquier parte.

Ford asombró al mundo en 1914 ofreciendo un salario a sus trabajadores de 5 dólares al día, que en esa época era más del doble de lo que cobraban la mayoría de estos empleados. Esta táctica le resultó inmensamente provechosa cuando los mejores mecánicos de Detroit comenzaron a cambiarse a la empresa Ford, trayendo con ellos su capital humano y experiencia, incrementando la productividad y reduciendo los costes de formación. Ford lo denominó «motivación salarial». El uso de la integración vertical en la compañía también resultó muy útil, cuando Ford construyó una fábrica gigantesca en la que entraban materias primas y salían automóviles terminados.

El proyecto consistía en fabricar automóviles sencillos y baratos destinados al consumo masivo de la familia media estadounidense. Hasta entonces el automóvil había sido un objeto de fabricación artesanal y de coste prohibitivo, destinado a un público muy limitado. Ford puso el automóvil al alcance de las clases medias, introduciéndolo en la era del consumo en masa.

Las ventas se dispararon. Durante varios años se iban batiendo los propios records del año anterior. Las ventas sobrepasaron los 250.000 vehículos en 1914. Por su parte, siempre a la caza de la reducción de costes y mayor eficiencia.

El sistema de piezas intercambiables, ensayado desde mucho antes en fábricas estadounidenses de armas y relojes, abarataba la producción y las reparaciones por la vía de la estandarización del producto.

En cambio la reducción de los costes permitió a Ford elevar los salarios que ofrecía a sus trabajadores muy por encima de lo que era normal en la industria estadounidense de la época: con su famoso salario de cinco dólares diarios se aseguró una plantilla satisfecha y nada conflictiva. Los trabajadores de la Ford entraron, gracias a los altos salarios que recibían, en el umbral de las clases medias, convirtiéndose en consumidores potenciales de productos como los automóviles que Ford vendía; toda una transformación social se iba a operar en EE. UU. con la adopción de estos métodos empresariales.

 

El secreto de mi éxito está en pagar como si fuera pródigo y en vender como si estuviera en quiebra.

 

Si hay un secreto del buen éxito reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio.

 

 

El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos.

 

Henry Ford

 

 

3 comentarios

Sakkarah -

Veo que has hecho cambios, y que lo estás dejando muy bonito.

Muchos besos.

Distinto -

La mayoría de los empresarios no ven mas allá de la punta de sus zapatos, y piensan que son el ombligo del mundo, por que nunca han tenido nada, cuando en realidad el motor de la empresa no son ellos si no sus propios trabajadores y de ellos dependen y van a depender ahora y siempre. Ellos se suben sus sueldos cada dos por tres, cuando les apetece, pero a los trabajadores se los congelan, y reducen costes, con lo cual los precios debería bajar, pero sin embargo los precios de sus productos en vez de reducirlos los suben más y más, y las ganancias son desproporcionadas, para ellos claro,. Así los sueldos cada vez se van quedando más reducidos, y los precios suben más y se vive por debajo del umbral de la pobreza, hasta que llega un momento en el que nadie se gasta un pavo, por que no lo hay, y para poner solución a este problema van y suben los impuestos, que no los pagan ellos, si no los trabajadores, que como nos pagan tanto, y nos sobra, nos meten mano la mano en el bolsillo, a ver si pueden hundir todavía más al país, con la subida de impuestos, lo que quiere decir que de economía no tienen ni puñetera idea. Bajar precios, no bajan, y subir los sueldos menos todavía, salvo los suyos claro, por que eso no les favorece a los empresarios que son los que montan todo el tinglado. Por eso aquí no funciona nada, ni nadie se hace responsable de nada, por que lo único que les interesa es que se trabaje más o menos gratis, y de sol a sol, tener esclavos vamos, y que hagan el trabajo de diez, y eso no se lo hace nadie más que los extranjeros necesitados que vienen de países desmantelados.

Un abrazo

Sakkarah -

Es bueno tener a los empleados contentos, porque la rentabilidad será siempre mayor.

Mucho sbesos.